Ruinas De Cuicuilco
Esta zona se encuentra parcialmente sepultada por gruesas capas de roca basáltica producida por la erupción del volcán Xitle en el año 200 dC.
De acuerdo con arqueólogos e investigadores, antes de la erupción la zona se encontraba a la orilla del lago donde vivían individuos de estaturas entre 1.50 m y 1.63 m que practicaban la deformación craneana.
La alfarería de la zona arqueológica presenta influencia de Chupícuaro y Teotihuacan, lo que pone de manifiesto las relaciones comerciales y culturales entre los pobladores de Cuicuilco y otros grupos de Mesoamérica.
El principal monumento, conocido como la pirámide, es de planta circular, mide 125 m de base por 25 m de alto. Su construcción original fue de barro comprimido y piedra, limitado por rocas de gran tamaño empotradas en el suelo para evitar deslizamientos de los materiales que lo integraban. La construcción tiene por el lado poniente una rampa en mal estado y una escalinata al oriente.
En lo alto hay un adoratorio de tres niveles que no sobresale de la pirámide. Los dos primeros son de roca volcánica y el tercero de cantos rodeados, empotrado al cuerpo de la pirámide. Este adoratorio estuvo dedicado a Huehuetéotl, dios del fuego.
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Calles de Chimalistac
Por su ubicación en la Ciudad de México, y su interesante pasado, la zona de Chimalistac representa el nexo entre Coyoacán y San Ángel, sitio cuya actual tranquilidad y deliciosa placidez, contrasta con la importancia que ha tenido en algunos hechos significativos de la cultura mexicana.
Chimalistac recibe su nombre de una antigua población prehispánica llamada Temalistac, que significa donde se talla la piedra de sacrificios, y según cuentan los cronistas fue en este lugar donde se labró la mundialmente famosa Piedra del Sol o Calendario Azteca.
Posteriormente, en el siglo XVII, los frailes carmelitas desarrollaron una extensa propiedad agrícola a lo largo del cauce del Río Magdalena. En esa rica huerta perteneciente al Convento del Carmen se construyeron además de importantes obras de riego, varios puentes de piedra volcánica que aun se yerguen sobre el cauce seco de lo que era un río y hoy es una calle, el Paseo del Río. Cuentan las leyendas que para ensayar sus sermones, los frailes recitaban en lo alto de uno de los puentes y tenían que vencer con su voz el murmullo del agua esto pudiera ser correcto, ya que en uno de los puentes que se hoy en día podemos apreciar se observa un pulpito, una situación extraña para este tipo de construcciones.
Otro legado artístico que dejó esta orden religiosa al lugar fueron dos capillas, ya que era tradición entre estos religiosos el construir varias capillas a donde se pudieran retirar los frailes para orar en soledad. Estas dos capillas son las de San Sebastián Mártir que cuenta un pequeño pero no menos bello altar barroco que ve de frente una agradable plaza con una fuente y una cruz de piedra. Otra de las construcciones carmelitas es la Capilla del Secreto, similar a la del Desierto de los Leones. Esta capilla aprovechaba su singular acústica en la que al hablar en un rincón se escucha en el opuesto, para realizar disertaciones sobre la fe.
Durante el siglo XIX, estas huertas fueron expropiadas de la Iglesia y vendidas a particulares, cuando surgieron la Hacienda de Chimalistac así como varias casas y pequeñas propiedades, dentro de las que destaca la que inspiró a la novela Santa del escritor Federico Gamboa, la versión mexicana del clásico de Alejandro Dumas, La Dama de las Camelias. Mas tarde, en el siglo XX, Chimalistac, al igual que sus vecinas Coyoacán y San Ángel quedó dentro de la Ciudad de México, pero conservo su belleza y tranquilidad de antaño al integrar los ricos testimonios arquitectónicos de su pasado a un arquitectura bien cuidada y armoniosa con su entorno.
Fuente :www.indaabin.gob.mx
Capilla San Sebastian Martir
Aqui estan algunas tomas tanto del exterior como del retablo de la Capilla de San Sebastian Martir, ubicada en Chimalistac.
En 1943, un retablo que había pertenecido a la iglesia de la Piedad, demolida en 1935, y alojado en las bodegas del Ex Convento de Churubusco, fue solicitado por los vecinos de Chimalistac para que fuera instalado en San Sebastián, que para entonces se encontraba en muy pobres condiciones. El retablo, que, efectivamente ahora se encuentra en esta iglesia, es del siglo XVIII y representa los Misterios Gloriosos del Rosario y tiene obras pictóricas pertenecientes al taller de Miguel Cabrera. Existen imágenes muy veneradas: en el centro del retablo hay una imagen del santo patrono, San Sebastián, del siglo XVII; hay un Cristo Crucificado del mismo siglo a quien durante mucho tiempo se le conoció con el nombre de El Señor de Chimalistac, de 1695; y un altar estofado en laminilla de oro donde se encuentra la milagrosa imagen del Señor de las Maravillas, réplica de la que existe en el Convento de Santa Mónica, en Puebla.
En 1961, el vaticano autorizó que se elevara su condición de capilla a parroquia.